Navarra-Nafarroa es la provincia vasca donde más lugares abandonados existen. Normalmente, identificamos los lugares abandonados con sitios tristes, solitarios y sin vida, pero también tienen su encanto; eso es lo que nosotros pensamos, por lo menos. Aquí os proponemos tres lugares de Navarra-Nafarroa que atesoran mucha historia, tres lugares para visitar tranquilamente, sin bullicios ni aglomeraciones de gente.
El aserradero de Ekai (Ekai de Lónguida-Ekai Longida). El aserradero de Ekai se puso en marcha en 1907. Lo hizo Domingo Elizondo Cajén, que después de haber estado 40 años en las Américas volvió a Navarra-Nafarroa con una gran fortuna. Otros como él decidieron invertir en construir escuelas y grandes mansiones, mientras Elizondo vio una oportunidad en la madera del bosque de Irati.
Empezó a traer madera de Irati rio abajo hasta Ekai de Lónguida, y transportarla desde allí hasta Pamplona-Iruñea y Sangüesa-Zangotza en tren. También comercializó carbón vegetal, material obtenido de los desechos de la madera. Durante muchos años, el aserradero de Ekai fue una de las mayores e importantes empresas de la primera industrialización de Navarra-Nafarroa. Llegó a tener 500 trabajadores. El declive del aserradero de Ekai empezó en la década de los 50, hasta cerrar definativamente sus puertas en los años 80.
La fábrica de armas de Orbaizeta (Orbaizeta). La Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta se erigió en el siglo XVIII sobre la antigua ferrería del monte Aezkoa. La riqueza maderera, la presencia de minas de hierro y cursos de agua propiciaron su instalación en este enclave. El fin de la fábrica era el abastecimiento de armas y munición al ejército. Fue cedida a la corona y su existencia fue corta, apenas de un siglo, pero muy azarosa. Su proximidad a la frontera la convirtió en objeto de constantes saqueos e incendios, pero conseguía resurgir una y otra vez hasta que en el siglo XIX fue cerrada definitivamente.
En la actualidad, las ruinas han sido devoradas por la vegetación. Ser una importante muestra de la arqueología industrial del siglo XVIII le ha valido la declaración de Bien de Interés Cultural.
Fuerte de San Cristóbal (Pamplona-Iruñea). El fuerte de San Cristóbal está en la cima del monte Ezkaba, muy cerca de Pamplona-Iruñea. Lo construyó el rey Alfonso XII de España entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, después de las guerras carlistas. Debe su nombre a una ermita y a un castillo que antiguamente estuvieron en el mismo lugar.
El fuerte nunca se utilizó como fuerte, pero sí como cárcel desde la II República Española hasta julio de 1945. Cientos de presos murieron entre las rejas de San Cristóbal en pésimas y duras condiciones de higiene, alimentación, tortura, etc. En mayo de 1938 se produjo una fuga, una de las fugas más conocidas de la historia de España por el número de presos fugados y por las consecuencias drámaticas que tuvo.
Fotografía: www.arqueologiaypatrimonioindustrial.com